Infoxicación



Hace unos días leía una entrevista de esas en las que se pregunta a un famoso si está enganchado a Twitter y cosas por el estilo. Su respuesta -negativa- venía justificada, más o menos, de la siguiente manera: si alguien te entregara impreso en papel un libro con todos los artículos, tweets, comentarios de Facebook, fotos de Instagram, etc que lees de forma casual todos los días, ¿leerías ese libro?

La respuesta, si lo piensas, es que probablemente ese fuera uno de los libros más aburridos del mundo. Pero sobretodo, sería un libro que seguramente no te aportaría nada.

Una idea interesante sobre la que reflexionar.

Hoy, muerto de calor en el despacho de casa, me he encontrado navegando por los blogs que sigo, pasando de un artículo a otro tras hojear el título, descartándolos por no interesarme nada. Y entonces me he dado cuenta el tiempo que estoy perdiendo en vez de, por ejemplo, escribir a un par de amigas a quienes quiero responder desde hace unos días...

Un claro ejemplo de cómo tendemos a responder a las cosas falsamente urgentes por la inmediatez con la que nos asaltan los mensajes -vía feed, o WhatsApp, o lo que sea- y que desvían la atención de aquello que realmente es importante.

Así que he desconectado y he abierto el blog para concienciarme que, a veces, hace falta dar un paso atrás para ver las cosas más claras, para darse cuenta de cuál es el verdadero motivo que hace que estar conectado tenga sentido.

Ahora abriré el correo y conectaré con lo que de verdad es importante: las personas, los amigos.

Comentarios